Italia es uno de los países más visitados del mundo. La ruta clásica de Roma, Florencia y Venecia es todo un referente del turismo internacional. Sin embargo, en esas tres grandes ciudades siempre hay aspectos que pueden resultar sorprendentes y novedosos.

 

Roma

Pocas cosas se pueden decir de Roma que no se hayan dicho antes. El apelativo de ‘la ciudad eterna’ es suficientemente explicativo. Hay rincones de la capital italiana que son todo un canto a la belleza. Desde la Plaza Navona a la escalinata de la Plaza España, pasando por el Vaticano o finalizando en el Coliseo.

Particularmente sorprendente es la Fontana de Trevi. Llama la atención que uno de los monumentos más visitados del mundo esté en un pequeño cruce de calles. Una leyenda tradicional sostiene que los visitantes que arrojan una moneda a la fuente aseguran su regreso a Roma. Una interpretación actual es que, además, dos monedas llevan a un nuevo romance y tres aseguran un matrimonio o un divorcio. Se calcula que se arrojan 3.000 euros al día.

 

Florencia

Florencia es una ciudad conocida a nivel mundial por su patrimonio artístico y arquitectónico. El estilo artístico más extendido en la ciudad es el renacentista, creado en la misma ciudad en la segunda mitad del siglo XIV, aunque también cuenta con un importante patrimonio de otros estilos arquitectónicos y artísticos. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982.

La basílica de Santa María del Fiore, el Ponte Vecchio o el Palazzo Vecchio son indispensables, pero nos llama la atención la Basílica de la Santa Croce, donde el escritor realista Stendhal sufrió un famoso desfallecimiento al observar tanta belleza en la capital de la Toscana. Desde entonces, se llama síndrome de Stendhal.

 

Venecia

Venecia fue fundada en el siglo V, aprovechando su particular geografía, que le daba protección contra los ataques de los pueblos germanos. Durante varios siglos, constituida en ciudad-estado, se especializó en la navegación y desarrolló un poderío marítimo que le permitió dominar el comercio mediterráneo. Debido a su ubicación en la encrucijada entre grandes imperios, ocupó una posición dominante en el comercio con los reinos de China e India.

Obviamente, sus canales y la Plaza de San Marcos son absolutamente imprescindibles. Sin duda alguna, la fiesta más popular de Venecia es el Carnaval. Oficialmente se declaró como festividad suprema durante el siglo XIII. Sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando el carnaval veneciano alcanzó su máximo esplendor. A él acudían viajeros y aristócratas de toda Europa, en busca de diversión y placer. Durante siglos, el carnaval fue la vía de escape de los ciudadanos para evadirse del gran control del gobierno veneciano.

(Fuente de las fotos: Wikipedia)