Cada español consume en su hogar una media aproximada de 8 kilogramos de queso al año, en cifras redondas. Es un dato del Ministerio de Agricultura que puede sonar bien a bote pronto, pero lo cierto es que un análisis más exhaustivo desvela que hay mucho que mejorar. Teniendo en cuenta el potencial y la tradición ganadera de España, sería deseable que el consumo fuera mucho mayor. Por otra parte, es una cifra que además ha ido disminuyendo progresivamente con el paso de las décadas, aunque lo cierto es que en los últimos años sí que se ha notado una cierta recuperación. Para colmo de males, la comparación con los vecinos suena casi a obsceno. La gastronomía francesa tiene al queso como uno de sus principales productos y es consumido prácticamente a diario. Así, su consumo por persona prácticamente nos triplica. También estamos por debajo de otros países mediterráneos, como Italia y Grecia. Hasta Alemania, gracias a su poder adquisitivo, nos supera.

La escasa presencia de las figuras de calidad en los quesos consumidos en España es otro dato negativo del sector. Según los últimos datos ministeriales, cada español consume aproximadamente 0,30 kilos de queso con Denominación de Calidad. El dato es totalmente descorazonador. Si ya se excluyen las figuras de calidad de queso realizados exclusivamente con leche de oveja o de cabra, con el potencial de la DO Queso Manchego como principal exponente, los datos pueden quedarse en unos 0,20 kilos de queso de vaca con marchamo de calidad por persona y año. Para tirarse de los pelos.

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Todo esto a pesar de la magnífica calidad que tienen los quesos españoles elaborados con leche de vaca protegidos por figura de calidad. Es cierto que al margen de estas denominaciones también se encuentran grandes quesos realizados con una alta profesionalidad y con características muy significativas, pero la figura de calidad supone ese estándar de calidad que evita sorpresas y asegura la calidad. Desde algunas plenamente conocidas como el queso de Mahón-Menorca, el Cabrales o el de Tetilla, a otros tesoros por descubrir para la mayoría como Afuega l´Pitu, Casín, Picón-Bejes-Tresviso o San Simón da Costa, sólo por poner algunos ejemplos. Comamos queso. Merece la pena.