Ha llegado el frío. El de verdad. El que llega con ventiscas, con nieves en cotas no demasiado elevadas y el que hace que el brasero sea una auténtica bendición. Un temporal generalizado que nos ha hecho darnos cuenta que, de repente, estamos ya metidos de lleno en el invierno y caminando con paso firme ya hacia la primavera, con unos días que comienzan ya a tener progresivamente más minutos de luz cada día. Porque todo pasa muy rápido…

Así que es tiempo de comidas contundentes. Por este blog de los viernes hemos hecho repaso de nuestra gastronomía en muchas ocasiones, con incursiones en las de otros países, aunque en esta ocasión queremos detenernos en una receta prácticamente desconocida, que sin embargo hunde sus raíces en el mismísimo Siglo de Oro español y que incluso se encuentra reflejado en ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’ de Miguel de Cervantes.

Se trata del gigote. Es un guiso que se realiza con carne picada de ternera y que ha sido rehogada con manteca de cerdo. Es frecuente la preparación de este plato en cazuelas en las que se cuece en su propio juego, además de ir añadiendo diversos condimentos y especias para dotar de personalidad propia a esta receta. El pimentón es uno de los añadidos más populares. Este plato forma parte de un concepto de la cocina española procedente directamente de la Edad Media, pero que se hace tremendamente popular en la España del siglo XVII, con todos los grandes referentes literarios de la época.

Aunque se hace fundamentalmente con carne de ternera, pueden encontrarse versiones por diferentes partes de América del Sur, incluso con un cambio en la grafía para ser denominado como ‘jigote’. En este caso, se añade huevo y patatas, como si fuera prácticamente una lasaña. Tiene especial predicamento en la provincia chilena de Catamarca.

(Fuente de las fotos: Wikipedia)